𝗨𝗻 𝗴𝗼𝗯𝗶𝗲𝗿𝗻𝗼 𝗲𝗻 𝗶𝗻𝘁𝗲𝗿𝗶𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱: 𝗹𝗼𝘀 𝗹𝗶́𝗺𝗶𝘁𝗲𝘀 𝘆 𝗲𝘀𝗰𝗲𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗘𝗱𝗶𝘁𝗮 𝗩𝗮𝗿𝗴𝗮𝘀 𝗮𝗹 𝗳𝗿𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝗚𝗼𝗿𝗲 𝗖𝗮𝗹𝗹𝗮𝗼
- José Luis
- hace 3 minutos
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A poco más de un año de que concluya la actual gestión regional, el Gobierno Regional del Callao atraviesa una etapa de interinidad política y fragilidad institucional. En este escenario, la enfermera Edita Vargas Cerrón asume la conducción del Gore no como gobernadora regional, sino como encargada, una condición clave que marca los alcances reales de su actuación.
Un encargo, no una gobernación
Debe quedar claro que no existe ninguna resolución que designe a Edita Vargas como gobernadora regional del Callao. Su presencia al frente de la entidad responde a la interpretación del Consejo Regional, que ha considerado que el gobernador Ciro Castillo —actualmente en condición de no habido— enfrenta un impedimento temporal, aplicando el Artículo 23° de la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales (Ley N.º 27867). Bajo ese marco, Vargas ejerce funciones con respaldo político del Consejo, pero sin un mandato pleno ni legitimidad electoral propia.
El tiempo juega en contra
Con el calendario marcando 17 de diciembre de 2025, el margen de acción es reducido. A menos de un año de finalizar la gestión en 2026, no hay espacio real para grandes reformas, proyectos estructurales ni decisiones de largo alcance. En el mejor de los casos, la encargada del Gore podría enfocarse en mantener la operatividad básica, asegurar el pago de planillas, evitar la paralización de servicios y contener el deterioro administrativo.
Gestión de contención, no de transformación
La coyuntura actual sugiere que cualquier accionar de Vargas estará condicionado por tres factores:
Su carácter temporal al frente del cargo.
La ausencia del gobernador titular, cuya situación legal sigue sin resolverse.
La presión política y mediática en torno a presuntos actos irregulares heredados.
En ese contexto, más que impulsar nuevas políticas, su rol podría limitarse a administrar la crisis, responder requerimientos de los órganos de control y evitar decisiones que comprometan a la siguiente gestión regional.
Un poder vigilado y frágil
La falta de claridad institucional también debilita su capacidad de liderazgo. Cada decisión tomada puede ser cuestionada política y legalmente, no solo por la oposición, sino incluso dentro del propio Consejo Regional que hoy la respalda. Esta situación convierte al Gore Callao en un espacio de gobierno vigilado, con escaso margen para maniobras audaces.
Escenario abierto hasta 2026
Si la situación del gobernador titular no se define y la interinidad se prolonga, el Callao podría transitar el último tramo de la gestión regional sin una conducción política sólida, apostando más a la inercia administrativa que a una visión de desarrollo regional.
En síntesis, Edita Vargas Cerrón no gobierna, administra una transición. Su principal reto no será dejar una huella política, sino no profundizar la crisis institucional que hoy mantiene al Gobierno Regional del Callao en uno de sus momentos más complejos.





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