Fiestas Patrias sangrientas en el Callao

Las Fiestas Patrias de este año han dejado en evidencia una realidad tan dolorosa como innegable: el Callao sangra y nadie parece dispuesto a detenerlo. Mientras miles de familias chalacas celebraban el aniversario patrio, las calles de Ventanilla, Bellavista y otros puntos de la provincia eran escenario de asesinatos a sangre fría, la mayoría ejecutados por sicarios.

Solamente en lo que va del 2025, el Callao ha superado la escalofriante cifra de 100 crímenes por encargo, consolidándose como uno de los epicentros de la violencia en el país. Los últimos días han sido una muestra brutal: un barbero asesinado por un menor de edad, un adolescente acribillado frente a una bodega, extorsiones con explosivos contra comerciantes, y balaceras que han cobrado la vida de jóvenes en plena vía pública.

Pero lo más indignante es que, mientras la sangre corre en las pistas, muchas autoridades han optado por tomarse vacaciones, asistir a desfiles y participar en eventos protocolares, lejos del verdadero frente de batalla que exige su presencia: las calles del Callao. La seguridad ciudadana no puede seguir siendo una promesa electoral vacía ni una simple foto para redes sociales.

La urgencia es impostergable. El sicariato ha dejado de ser una amenaza latente para convertirse en una rutina mortal que destruye familias y aterroriza barrios enteros. Si el Estado no asume un

rol firme y coordinado, reforzando la inteligencia policial, el patrullaje efectivo y la presencia real de las fuerzas del orden, la violencia seguirá marcando el destino de nuestra provincia constitucional.

El Callao no necesita discursos; necesita acción. Y la necesita hoy.